Ser madre y empresaria representa un doble reto. Todos los días hay que balancear dos elementos clave: maternidad y trabajo. Si bien se trata de una tarea complicada y que requiere prácticamente del 100% de tu tiempo, al final se puede decir que de alguna forma son roles y actividades que se complementan.
De hecho, es más probable que tu familia prospere más si eres tú misma quien se hace cargo de ella. Y lo mismo pasa con un negocio. Pero, ¿cómo lograrlo? Con una visión clara, principios establecidos, metas fijas y estrategias planeadas. No te olvides de tener reuniones mensuales para fomentar el espíritu de equipo.
Conclusión: una empresa dirigida por una mujer (que además es madre) tiene mayores probabilidades de ser exitosa. Por eso, aquí hay siete recomendaciones para asegurarte de ello.
1. Desarrolla un plan maestro. Así como planeaste la llegada de tu bebé, necesitas prever el nacimiento de tu negocio.
2. Maximiza el uso de tu capital. No olvides que para arrancar una empresa es básico contar con recursos económicos suficientes. Por ejemplo, si tus hijos son pequeños, comer fuera quizá no sea una buena idea. De este modo, podrás ahorrar dinero y disponer de él para solventar tu proyecto e invertir en él.
3. Organiza un equipo de apoyo. Muchas mamás emprendedoras trabajan mejor mientras sus hijos duermen, pero habrá un momento en que necesites concentrarte en el trabajo más allá de la hora de la siesta. La solución es contratar a una chica para que te ayude en ese caso o, mejor aún, coordínate con otra mamá para hacer un club de juego en plan recíproco. Esto con el objetivo de que ambas puedan tener un respiro.
4. Encuentra un negocio en un giro que conozcas. Las posibilidades de que un negocio tenga éxito se incrementan cuando trabajas en una industria que dominas. Si tus habilidades o pasiones te llevan a un área con la que no estás familiarizada, por favor, lee el siguiente punto.
5. Pide ayuda. Este es un secreto muy bien guardado: la mayoría de la gente estará dispuesta a apoyarte… si se lo pides. Contacta a alguien, ya sea en tu localidad o en otra ciudad (vía Internet), que haya hecho algo similar a lo que planeas emprender. Pídele que te aconseje. Recuerda que aprender de los errores y aciertos de otro resulta invaluable.
6. Incluye a tus hijos siempre que puedas. En lugar de esconderles tu empresa, conviértela en una experiencia educativa para ellos. Existen varias maneras de incluirlos, desde simplemente etiquetar y empaquetar los productos que vendes, hasta archivar y capturar información.
7. Encuentra tu pasión. Comenzar un proyecto no es fácil, aunque tampoco lo es la paternidad. Por lo tanto, elige alguna actividad que ames; de tal forma que si las cosas se ponen difíciles, tu pasión por ese algo te ayude a seguir adelante.
Acondiciona tu área de trabajo
Si eres mamá y emprendedora, quizá la opción que más te conviene es operar tu negocio desde casa. De este modo, te aseguras de pasar el mayor tiempo posible con tus hijos y de estar al pendiente de los asuntos de tu hogar. Por lo tanto, es básico que determines el tipo, tamaño y ubicación del espacio de trabajo que necesitas. Para definir estos puntos, toma en cuenta las actividades que realizarás, ya sea sólo trabajar frente a una computadora o recibir clientes.
La meta final es lograr el mejor equilibrio familia – negocio. Lo ideal es contar con una habitación separada para convertirla en tu centro de operaciones. Así podrás cerrar la puerta para mantener la empresa adentro y la familia, los amigos y las mascotas afuera. Si no dispones de una recámara libre, entonces elige otro espacio en el que puedas reducir al mínimo las distracciones; lejos de la cocina, el cuarto de lavado y hasta de los sonidos de los videojuegos de tus hijos.
El lugar donde trabajes tiene que ser lo suficientemente amplio como para desempeñar todas las actividades re-lacionadas con tu negocio. Recuerda que no siempre es recomendable ocupar dos o tres áreas de la casa, pues esto te resta productividad. Aunque desde luego puedes usar otros espacios, por ejemplo, la cochera para almacenar cosas en caso de ser necesario.
Si debido al giro de tu empresa tienes que llevar a cabo reuniones con clientes, lo mejor es que tu espacio de trabajo tenga una entrada independiente o que se ubique cerca de una puerta que dé al exterior. Por otro lado, si vas a operar con materiales y herramientas que generen desorden, ruido y polvo, entonces te conviene instalarte en el cuarto de servicio o en una estructura afuera de la parte principal de la casa.
Equipa tu oficina
Esto incluye desde un escritorio y una silla, hasta un sistema ergonómico de iluminación. Para ello, considera estos tres factores principales: las necesidades del negocio, la comodidad personal y tu presupuesto.
Cada proyecto tiene requerimientos particulares, pero todos deben contar con al menos cinco categorías fundamentales: muebles, equipo, tecnología, comunicaciones y suministros.
El segundo factor tiene que ver con la comodidad, que es particularmente importante para la gente que adminis-tra su empresa desde su casa y que, por lo tanto, pasa largas horas en el escritorio con la computadora o al tel-fono. Para ser más productiva a largo plazo, tienes que sentirte a gusto. En tanto que muchas de las nuevas dolencias físicas, como el síndrome del túnel carpiano, están relacionadas con pasar periodos prolongados realizando tareas repetitivas, como escribir en un teclado.
Por eso, concéntrate en los efectos físicos que un mobiliario y una iluminación adecuados pueden causarte en el largo plazo. No olvides que la ergonomía y el estudio de la posición correcta de tu cuerpo mientras descansas o trabajas juegan un papel clave para asegurar tu comodidad y mantener un estado saludable.
El tercer gran factor es equipar tu área de trabajo con base en el presupuesto disponible.
Administra tu tiempo
Uno de los problemas recurrentes de los emprendedores novatos (e incluso, los experimentados) es que no siempre siguen un método de trabajo. El resultado: jornadas a media noche, fines de semana ocupados, vacaciones retrasadas y entregas fuera de tiempo. De ahí la necesidad de fijar horarios de trabajo, igual que si se laborara para una empresa.
Otra solución es diseñar procesos eficientes para eliminar pasos inútiles en tus operaciones diarias. Pero si lo que quieres es aprovechar al máximo cada día, ejecuta estas recomendaciones:
1. Adquiere una agenda. Ya sea de papel o electrónica, lo importante es anotar cada una de tus actividades programadas durante la semana y cumplir con todos los compromisos en tiempo y forma.
2. Establece prioridades. En otras palabras, prioriza los asuntos tanto personales como los relacionados con tu empresa. Habrá ocasiones en que tendrás que decidir entre asistir al festival de tus hijos o acudir a una reunión con un cliente; en esos casos, busca alternativas para que ninguna de las partes involucradas sea vea perjudicada.
3. Sé más eficiente. Conforme te involucres más en tu papel de mamá y emprendedora, comenzarás a dominar tareas cada vez más complicadas y a adquirir nuevas habilidades. Para ello, tendrás que invertir tiempo en tomar cursos y capacitarte para mejorar tu desempeño en ciertas áreas prioritarias.
4. Forma un equipo de aliados. En la medida en que tu negocio se desarrolle, las necesidades también aumentarán en la misma proporción y no podrás satisfacer toda la carga de trabajo. Prepárate para crecer y piensa en la incorporación de colaboradores que te apoyen en diferentes actividades. Todo parte de identificar tus requerimientos para luego definir un perfil de alguien que lo cubra.
5. Disfruta de tus ratos libres. Porque no todo en la vida es trabajo, también destina tiempo a pasar momentos que te enriquezcan como persona en compañía de tu familia y amigos.
Herramientas clave
Como madre emprendedora, ¿qué es aquello sin lo cual no podrías superar los retos que esto implica? Quizá una de tus respuestas sea la siguiente: “pasión por el negocio” o “una determinación implacable”. Pero siendo más tangibles, aquí seis elementos que te ayudarán a hacer crecer tu empresa.
1. Guardería. Sobre todo, una que demuestre ser seria. Quizá tu jornada de mamá empresaria supere las ocho horas diarias, así que necesitas contar con el respaldo de un lugar confiable para acudir a tus reuniones, responder llamadas o hacer investigación de campo.
2. Esposo. Si tienes una pareja, aprécialo y reconoce que puede ofrecerte un gran apoyo mientras te ocupas de dirigir tu negocio. No sólo puede ayudar con los hijos, también puede ser tu consejero. Si él siente que es parte de tu empresa, estará más dispuesto a echarte una mano.
3. Un teléfono inteligente. Ya sea iPhone, BlackBerry, Samsung o algún otro smartphone que te permita hacer malabarismos con varias prioridades en cualquier momento y lugar.
4. Twitter, Facebook y LinkedIn. Abre perfiles en todos las redes sociales; entre otras ventajas, son gratuitas y representan un canal de comunicación ideal para estar en contacto con tus clientes y consumidores potenciales. Ten cuidado de no dejar que te absorban demasiado tiempo; destina un lapso específico del día para atenderlas.
5. Un buen contador. Busca a alguien que no sólo lleve en orden los papeles, sino que te ayude a tomar decisiones y a prepararte para el crecimiento de tu compañía. Aunque parezca que podrías hacerlo tú misma, es mejor acudir a un profesional para asegurarte de que tu negocio está financieramente sano desde el principio.
6. Soluciones en línea. Crea un sistema de trabajo basado en Internet para que tengas acceso a tu correo electrónico, documentos, archivos y calendarios a dondequiera que vayas. La buena noticia es que las mamás se caracterizan por ser empresarias ingeniosas, creativas y apasionadas. Por lo que tienen una fuerte determinación a lograr el éxito y apertura para aprender de los demás.
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