Autoboicot emocional: por qué le tenemos miedo al éxito

Autoboicot emocional: por qué le tenemos miedo al éxito

Vivimos en una cultura que nos enseña que el éxito poco tiene que ver con el animarse a “hacer”: solo se ve en los resultados positivos. Esto nos condiciona y nos hace sentir ansiedad. ¿Por qué? Creemos que no podremos cubrir las expectativas del otro. Cuatro claves que te ayudarán a salir de la trampa.

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Soñás con la alegría que vas a sentir el día que te reciba: finalmente podrás trabajar en lo que te gusta; o ansiás el ascenso laboral que creés que puede cambiar tu vida. Pero algo pasa, no sabés ni cómo ni por qué, pero todo queda en un sueño que no pudo ser. Podrás intentar refugiarte en mil razones (“al menos lo intenté”, “por algo no fue”), pero eso no te quita la sensación de dolor y angustia por lo que, una vez más, no pudo ser.

Vivimos en una cultura que nos enseña desde chicos que el éxito poco tiene que ver con el animarse a “hacer”, sino que se ve en los resultados positivos. Y esto nos condiciona y nos hace sentir miedo y ansiedad frente a la posibilidad de vivir lo que soñamos durante años imaginando que era algo placentero. ¿Por qué? Porque creemos que no podremos cubrir las expectativas del otro o por no animarnos a enfrentar la exigencia y la inestabilidad que pueden traer los cambios.

La historia personal, por otra parte, potencia estos sentimientos. Quedarse pegada a estas emociones es una elección que puede tener que ver con el hecho de priorizando otros valores, como pasar más tiempo con la familia o los amigos, tener más tiempo libre, vivir con menos presión y otras elecciones. Muchas veces, tiene que ver con elegir quedarse en la “zona de confort”, es decir, quedarse con lo conocido, adaptarse a “lo que hay” sin mucho cuestionamiento. Es, en definitiva, elegir entre renunciar a tus sueños o seguir tras ellos.

Puede ser que te resulte difícil pensar que exista el “miedo al éxito”. Es más, la persona que lo padece lo justifica y envuelve su inacción en cientos de razones.

Algunas de las causas que tienen que ver con el desarrollo de este miedo son las creencias que asocian el hecho de “ser exitoso” con el no cometer errores. Cuando en realidad el aprender de ellos nos permite avanzar. También suele asociarse con el hecho de no poder delegar y con la sobreexigencia (cuando el trabajo no tiene horario y es 7 por 24). En realidad, el exceso de control tiene que ver con una acción que reprime la ansiedad que puede despertar la incertidumbre. El miedo al éxito va de la mano con el miedo al fracaso, el miedo al cambio. Por eso, a veces puede resultar difícil identificarlo.

 

4 claves que te ayudarán a salir de la trampa del miedo

* Señalización emocional: tratá de conectarte con la sensación de miedo. ¿De qué manera? Escribí lo que sentís o representalo a través de un dibujo. Intentá imaginar en una pantalla gigante las nuevas escenas de tu vida después del cambio. ¿Qué sentís? ¿Qué es lo peor que podría sucederte? ¿Cómo podrías enfrentarlo? ¿Qué perderías si no te animás a hacerlo? Ubicate desde el lugar de observador. Tomá distancia emocional del conflicto. Así es más fácil ver la situación conflictiva con más objetividad.

*Desarrollo de tu inteligencia creativa: Albert Einstein decía que la creatividad era “la inteligencia divirtiéndose” tratando de retomar actividades que hace mucho que no hacés. Desde tomar nuevos caminos en los trayectos cotidianos o conocer lugares nuevos o, en lo social, contactarse con personas creativas o escuchar en forma selectiva a lo largo de la conversación. ¿Cómo es su forma de pensar? ¿Cómo resuelve situaciones que vos hacés de otra manera? Pensar estas cosas te ayudará a fortaler tu parte creativa y te puede ayudar a correrte de las certezas, que te llevan a una única manera de decir y/o hacer las cosas. Y esto hace que aumente la ansiedad, al creer que no podés manejar la incertidumbre.

* Gestión de los conocimientos: Planteate objetivos claros. Afianzá tus conocimientos y optimizá los ya adquiridos. Te puede ayudar a bajar tu ansiedad, tus miedos, que son piedras emocionales que pueden llegar a frustrar tu proyección laboral.

* Resignificación de los contenidos: Otra de las causas de que el éxito cause temor es por el (gran) significado que le damos. Para algunos puede significar ganar un sueldo elevado; para otros, tener libre acceso al mundo material u ocupar otro status social; también puede entenderse como lograr “ese” ascenso para el cual se formó y esperó muchos años; o para disfrutar de lo que le gusta, de lo que le hace bien… Pero el hecho de asociarlo con nuestro “valor” como personas genera un alto nivel de estrés, de responsabilidad. Tenés que resignificarlo, no pensarlo como un resultado que nos hace más “reconocidas” o más “queridas”.

Solamente el 3% de nuestros miedos son los que realmente vivimos y generalmente terminamos afrontándolos. El 97% restante de los miedos los vivimos en nuestra vida emocional mental. El miedo es una emoción natural que te ayuda a protegerte y a no exponerte a situaciones que podés correr un riesgo físico y/o emocional. Pero si decidís vivir desde el miedo, elegís quedarte pegada a tu “zona de confort” y te adaptás a una vida limitadamente “segura”, pero no exitosa. Porque, en definitiva, “el éxito ocurre cuando tus sueños son màs grandes que tus excusas”.

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