Si tu idea es asociarte con una amiga, algunos consejos para optimizar el trabajo y no dejar de llevarse bien.
Desarrollar un proyecto y llevarlo a la práctica no es tarea sencilla. Por eso muchas veces buscamos un par, un socio. No sólo para dividir las tareas, sino también para generar más y nuevas ideas. Son muchos los casos en donde convocamos a una amiga para que se sume al proyecto. Pero… ¡Ojo! Porque suele suceder que la relación que tenemos con ella comience a dar traspiés, a partir de las diferencias que surgen en la gestión laboral diaria.
Si tu idea es asociarte con una amiga o ya estás desarrollando un emprendimiento en conjunto, te damos algunos consejos para conservar la amistad y optimizar el trabajo:
* Dividir las tareas. Si bien se trata de una sociedad donde ambas tendrán el mismo poder de decisión, es fundamental aprender a dividir las tareas y dejar en claro el área de cada una. Es conveniente alistar las áreas a cubrir, sobre todo, en la etapa inicial. No sólo para organizarse, sino también para analizar y evaluar las habilidades de cada una. Y que ambas estén conformes con la distribución establecida, para que luego no haya reclamos.
* Inversión y recaudación. Dejar en claro la división en tanto la inversión, como así también la recaudación, es crucial cuando se trabaja con una amiga. Porque, como dice el refrán, “cuentas claras conservan la amistad”. Uno de los quiebres más comunes en las relaciones laborales suelen aparecer cuando está en juego el dinero. Esto sucede cuando no están del todo delimitadas las tareas a llevar a cabo por cada uno. Por eso hacemos especial hincapié en el primer punto. Una de las partes puede sentir que se esforzó más que la otra, y es esto lo que puede llevar a primeras discusiones. Así que a controlar gastos e inversión y repartir de igual a igual.
* Toma de decisiones. ¡No dejes pasar tu descontento! Si algo no está saliendo como lo esperabas, o no estás de acuerdo con algunas de las propuestas o reacciones que pueda tener tu socia, lo ideal es que lo plantees en el momento. En un contexto laboral las opiniones no pueden ser reservadas ni dejadas de lado. Decir que no te gusta o no estás de acuerdo con determinadas cosas no significa pelearse ni ir al choque con tu amiga. Sino generar el debate pertinente y plantear tu postura siempre con fundamento para llegar a un acuerdo. Y para esto, lo mejor es realizar un análisis sobre el tema en discusión, los pro y contras de la postura de cada uno. Y, si es necesario, realizar un análisis más exhaustivo de investigación.
* Un recreo. Esta bueno dedicarnos full time a nuestro emprendimiento cumpliendo con todas las tareas y los objetivos propuestos, pero no vayas a perder aquellos momentos que suelen disfrutar juntas más allá de lo laboral. La vorágine del día a día, la demanda y hasta el cansancio hacen que, en ocasiones, la relación se convierta casi exclusivamente en laboral. Tratar de que siempre esté viva la amistad ante todo también es aprender a dividir y mantener estable la balanza. Por un lado, ser responsables a la hora de trabajar, tenernos respeto y debatir sobre determinadas cuestiones. Y, por otro lado, no perder los momentos de risas, salidas, emociones y complicidad que hay en toda amistad antes de convertirnos en socias.
Desarrollar un emprendimiento junto con una amiga puede ser una experiencia increíble. Siempre que haya transparencia y mucha comunicación. ¿Qué mejor que compartir un proyecto con alguien de confianza, que ya conocemos y sabemos cuáles son sus virtudes y defectos?