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Muchas veces nos enfocamos en crear o pensar en negocios productivos y rentables, que calen en la vida de las personas y que se conviertan en una prioridad para el consumidor y dejámos a una lado el propósito de un negocio. Se nos olvida que al emprender no sólo tenemos la oportunidad de crear nuestro empleo soñado (propio) sino que a través de él, podemos cambiar y mejorar la vida del otro.

No existe una gratificación más grande que cuando trabajamos en base a un propósito de vida, a un proyecto que nos trasciende, que nos supera. Hacer realidad nuestros sueños y a la vez tener la capacidad de ayudar a otras personas es, en definitiva, la mejor vida que podemos vivir.

Un claro ejemplo de esto es Blake Mycoskie, creador y fundador de TOMS quien al hacer una retrospectiva del génesis de su negocio, afirmó que el éxito de su compañía se debe a que, a pesar de que muchas veces tuvo dificultades con esto, ha tratado que el porqué siempre sea más importante que el cómo. La misión de la empresa sobre el producto en sí, el propósito sobre la venta.

Mihaly Csikszentmihalyi, al escribir su libro Flow, lo expresa claramente: “La experiencia autotélica lleva el curso de la vida a un nivel diferente. Cuando la gratificación se vive en el presente y no es una ganancia hipotética del futuro”.

Otra historia que vale la pena contar es la de Issac Castro, un joven brillante y reconocido por organizaciones como Siemens. Trabajó en proyectos que buscaban conseguir la paz en la zona fronteriza de Colombia y ahora está trabajando en algo nuevo.

Él y su equipo se han enfocado en crear Emerge, un dispositivo que aumenta la comunicación digital mediante la simulación y la transmisión de calor humano de una persona a otra. Su objetivo es incluir el tacto en la comunicación diaria. Que a pesar de que muchas familias estén separadas físicamente, puedan sentir el calor humano del otro. Un abrazo, una caricia.

Issac afirma que gracias a esto, se pondrían enviar abrazos virtuales a familiares y amigos con sólo pensar en ellos. Él y su equipo buscan conectar a las personas a través de su innovación, pero conectarlas desde un punto de vista más físico.

Si tuvieras que elegir hoy en emprender un negocio lucrativo pero sin propósito sobre un negocio que trascienda fronteras, que tenga un propósito social, que apoye a las comunidades menos privilegiadas y que a través del proyecto puedas vivir la vida más gratificante que pueda existir, ¿cuál elegirías?

Después de conocer de cerca las vidas y proyectos de Blake y de Isaac, se nos presentan varias interrogantes con respecto al emprendimiento social:

  • ¿El emprendimiento social es una tendencia que está tomando fuerza en el mundo?
  • ¿Son los jóvenes los que se enfocarán en llevar a cabo proyectos sociales en el mundo y hacerlos una constante?
  • ¿Un emprendimiento social puede llegar a ser lucrativo?

Blake Mycoskie responde a todas estas preguntas con un rotundo Sí. ¿La buena noticia? el mundo tiene un futuro prometedor.

Fuente: 0800flor