En la vida se presentan situaciones conflictivas y problemas que crecen junto con tu angustia, bronca y resignación. Pero, como dice Einstein, “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Explorá tu habilidad de crear respuestas alternativas para adaptarte a los cambios y resolver dificultades.

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¿Cuántas veces te ves haciendo cosas casi en forma automática? Saltás de la cama a las 7 AM, te das 30 ó 35 minutos para hacer todo lo que “debés” hacer. En ese tiempo organizás el minuto a minuto de tu día, mientras acomodás un poco la casa y hasta le decís a él una y otra vez (para que no se olvide) lo que “tiene” que hacer y cerrás con un beso de dos segundos. Casi sin darte cuenta, empezás a espaciar las salidas que te divertían y la única que queda fija es la visita al supermercado, después de trabajar casi 10 horas.

¿Cuántas veces te escuchás pidiendo y esperando lo que, en el fondo, sabés que no va a llegar -al menos, de esa persona-? ¿Cuántas te ves enredada en situaciones conflictivas, prometiéndote que es la última ves que te pasa? Y eso termina siendo la última vez, pero de ese día. Desde nuestras creencias, valores y pensamientos, hacemos de nuestra vida una fuente de esperanzas, posibilidades… O una fuente de sufrimiento.

En la vida cotidiana se presentan situaciones conflictivas y problemas que crecen junto con tu angustia, bronca y resignación. La baja autoestima, el hecho de aferrarte a la razón, el hacer las cosas como “tienen que hacerse” (en lugar de cómo “elegís hacerlas”), y renunciar a los sueños hace que te bloquees, que no puedas ver otras formas de resolver situaciones conflictivas y, casi sin darte cuenta, elegís perderte en ellas.

Como dice Einstein, “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Si estás de acuerdo con esta frase, te invito a que compartamos algunos tips que te pueden ayudar a despertar la creatividad que hay en vos. Muchas veces ésta se asocia con la creación de cosas geniales, que tengan un impacto masivo. En realidad, es la habilidad de crear respuestas alternativas que te permitan adaptarte a los cambios, resolver dificultades. El uso de la creatividad te permite explorar al máximo tu potencial.

Tips para reencontrarte con tu poder creativo

* Animate a vivir una realidad soñada. Si te proponés correrte de la voz de la experiencia, si te das un tiempo para tomar decisiones y dejás de buscar la mejor, la ideal, la perfecta, la más reconocida socialmente, lograrás así encontrar la mejor decisión, pero para vos. Si te autosorprendés, retomando actividades que te divertían y/o hobbies o creando otros, vas armando el camino directo a tus emociones, necesidades. A tu creatividad.

* Desarrollá el pensamiento creativo. En general, intentamos resolver situaciones conflictivas desde la razón, influenciados por lo sociocultural (“si lo hago de otra manera les puede caer mal”) y/o por las emociones, por miedo a equivocarte. Por inseguridad, preferís quejarte por lo de siempre, por intentar resolver como siempre, más allá de los resultados. En contrapartida a esto, el pensamiento creativo tiene que ver con soltar los preconceptos y las críticas para permitirnos conectarnos y, desde ahí, crear nuevas estrategias de resolución de conflictos.

* Armá tu GPS creativo. En primer lugar, intentá definir el problema. Escribilo, leelo una y otra vez, para confirmar que -para vos- ese es realmente el conflicto a resolver. Puede pasar que, envuelta en emociones de dolor, bronca o cronicidad de las situaciones que intentás modificar, te cuesta definir cuál es realmente el problema. Una vez que lo logres, escribí cinco ideas posibles de solución sin juzgarte, sin criticarte. Desarrollá esas ideas por escrito. Imaginate la situación, y pensá qué sentís, qué ves, qué cambiarías. En esa escena imaginaria, qué posibilidad de resolución de conflicto habría si la aplicás. Seguramente, cuando termines de desarrollar la quinta idea, se te ocurrirán otras. Este ejercicio te ayuda a disminuir el miedo, la ansiedad, a desdramatizar la situación. Esto te da la posibilidad de empezar a creer que, si modificás las estrategias, un cambio es posible.

* Aprendé a ser tu mejor amiga. Aprendé a detectar cuándo estás conectada con tus deseos y necesidades. Observá qué sentís en esas situaciones, en contraposición a las que te sentís exigida. Una vez que sepas detectarlas, creá al menos dos situaciones diarias para fortalecer esas emociones que forman una parte esencial de tu autoestima.

* Reprogramá tu cerebro. La interpretación que hacemos de los hechos tiene que ver con nuestra forma de pensar y, como consecuencia, despertamos las emociones (negativas o positivas) que determinan directamente nuestro comportamiento. Muchas veces por inseguridad o miedo, te proponés metas simples, que no te motivan. Pero te asegurás lograrlas. Pero, lejos de despertar tu confianza y creatividad, te hace entrar en una rutina que adormece tu potencial. Reprogramá tu cerebro. Despertá tu potencial. Proponete una meta que sea un desafío para vos: desde aprender tango a comenzar un nuevo emprendimiento. Imaginate esa escena. ¿Qué recursos necesitarías? Anotalos. Escribí una par de estrategias que te ayudarían. Una vez que lo logres, pensá qué emociones creés que despertarían en vos. Lo importante es que esto te lleva a vivir nuevas experiencias, a adquirir nuevas habilidades, nuevos conocimientos y emociones saludables.

Sabemos que los caminos de la vida no son fáciles. Pero si tenés en claro hacia dónde vas, si transformás la situación que parecía imposible en un desafío, abrís tu creatividad y te das la posibilidad de abrir tu potencial, que te lleva a pensar un montón de posibles ideas. ¿Nunca te paso llegar a tu casa y no saber qué cocinar? Abrís la heladera y el pensamiento lógico de “llamá al delivery” queda a un lado y tu imaginación y creatividad te llevan a mezclar los ingredientes de una forma que terminás sentada a la mesa, deleitándote con el plato que hiciste, sin importar si es súper sabroso. La alegría está en el reconocimiento, está en cómo resolviste la situación. En la vida es igual, por más difícil que te parezcan las cosas, siempre tenés dos caminos: uno, pegarte al pensamiento racional, ese es el conocido. El otro es no bajar los brazos e ir mas allá de los resultados, tomarse el tiempo necesario, no abandonar tus sueños. Esto te lleva a crear nuevos hábitos, a tu reconocimiento, a tu libertad. Como dice el proverbio Sioux: “Ciertas cosas pueden captar tu mirada, pero sigue solo las que puedan captar tu corazón”. Porque ahí es donde realmente estás vos. Simplemente es una cuestión de decisión. ¿Por qué no intentarlo?

Clarín

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