Sin dudas, es una de las cosas más difíciles de conseguir, pero es preciso que tengas en cuenta que si no hay “ganas” de mejorar, nada mejora. Es frecuente que la motivación no dure, que sea efímera, que aparezca por momentos, que se vaya sin que la echen o que no llegue cuando se la llame. Pero eso no significa que debas cruzar los brazos y buscar excusas para no hacer realidad tus sueños.

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Para poder lograr tus metas, tienes que encontrar la motivación a diario y para ello, puedes tener en cuenta estos consejos:

-Finaliza las tareas más difíciles primero: cuando armes tu agenda con las actividades más importantes del día, anota primero para hacer las más complicadas o las que te lleven más tiempo o esfuerzo. Una vez que la termines, te sentirás mucho más aliviada, elevarás tu autoestima y el resto de la jornada tendrá “otro sabor”, fluirá de otra manera, estarás más motivada.

-Sé entusiasta: si puedes estar entusiasmada con una tarea en particular, puedes estarlo con todas. Haz la prueba, piensa que esa actividad te permitirá lograr un bien superior, por ejemplo. Visualiza la felicidad que sentirás cuando finalices tu jornada laboral, cuando te feliciten por tu informe, cuando taches todos los pendientes de la agenda, etc. Imagina el éxito o la concreción de tus sueños a través de tu trabajo.

-Obtén resultados y festéjalos: cada vez que consigas algo, tendrás más voluntad para seguir adelante. Cuando ganas, recibes una felicitación, consigues un nuevo empleo o cliente, cuando cumples tus objetivos profesionales, etc es momento de celebrar. No dudes en ir a cenar con tu pareja, juntarte con tus amigas, darte un gusto, comprarte algo que tanto querías, etc.

-Conoce cuáles son las razones por las que deseas lograr cada cosa: en una de las paredes de tu habitación o de tu oficina, cuelga un gran cartel donde estén anotados todos tus sueños y metas. Así, cada vez que te sientas abrumada, angustiada, deprimida, cansada o sin ganas de nada, esas imágenes o palabras serán las que te brinden aliento y te animen a seguir. No perderás el enfoque ni la dirección de tu camino.

-Compárate contigo mismo: nunca con los demás. Cada persona tiene sus metas y sus logros, por ello si vives analizando tus éxitos o fracasos en relación a los de otros, te sentirás frustrada o desmotivada, siempre habrá gente que haya logrado más cosas que tu, pero eso no te tiene que importar. El enfoque ha de estar siempre en ti mismo, reconoce lo que has logrado, anímate a continuar, felicítate por tus proezas, etc.

-Diviértete: cada una de las tareas o actividades que realizas por día tienen algo de divertido y especial. Puede ser todo un reto encontrarlo en algunas situaciones, pero sin dudas, lo hallarás. Esto te servirá para no “padecer” tu empleo ni un gran libro que debas estudiar, tampoco las tareas del hogar o ir al gimnasio si no te gusta.

-Actúa siempre como si estuvieras motivada: realmente funciona que tus acciones sean las mismas cuando estás motivada y cuando no, porque después de algunos minutos te sentirás realmente entusiasmada. Pon música movida y divertida, vístete con colores claros y llamativos, ten siempre una sonrisa en tu rostro, muévete como si nadie estuviera mirándote, asume una postura entusiasta, mentón arriba, espalda erguida y a seguir!

-Piensa siempre en los beneficios: tal vez no estés disfrutando de tu empleo pero ten en cuenta que ese dinero que recibes te está ayudando en otras cuestiones, como pagar tu alquiler, ahorrar para las vacaciones, saldar deudas, comprarte lo que te gusta, etc. Y ve un poco más allá, imagina que el esfuerzo que haces hoy será más valorado mañana cuando hayas cumplido tus objetivos. En lugar de pensar en lo difícil que puede ser alguna cosa, mejor recuerda por qué lo estás haciendo, qué es lo que te permitirá lograr, cuál es tu motivación frente a todo, sin dudas eso te energizará de inmediato.

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